Los cerrajeros no rompemos la cerradura a menos de que sea estrictamente necesario, porque materialmente sea imposible abrir la puerta de otro modo; sin embargo, los intrusos siempre causan grandes destrozos en las puertas y cerraduras, pero solo lo hacen en un caso en específico: cuando ven que la cerradura es suficientemente débil como para resistir su dominio. Por tanto, estadísticamente conviene equipar las puertas con la máxima seguridad, no solo porque nadie con malas intenciones podrá abrirla, sino porque ni siquiera lo intentarán.
Si quieres saber cuáles son las cerraduras que los okupas ni siquiera intentan abrir porque solo al verlas saben que no podrán o les dará muchísimo trabajo, contáctanos. Estamos encantados de asesorarte.