Acudo a SP de Sant Cugat desde hace 3 años, y me sigo sintiendo como el primer día cuando cruzo la puerta.
El centro está impecablemente cuidado, y transmite una armonía que hace que la experiencia sea aún más especial.
El personal es sumamente amable, atento y profesional, siempre pendiente de cada detalle para que te sientas cómoda y mimada. Sin duda, un sitio perfecto para desconectar, cuidarse y disfrutar de un momento de auténtico bienestar.
¡Muy recomendable!