Es un lugar tranquilo en horarios no muy concurridos, el agua es muy tranquila, hay peces y el se presta agusto.
Hay ambulantaje, pero nada fuera de lo común. Hay erizos en las rocas, y probablemente las pescadillas sean de papá revueltas con pescado pero igual saben ricas. Las sombrillas y mesas por paquetes que no rebasan los $100 hasta ahí está bien. Y más que nada por los visitantes hay un poco de basura, papás por favor atención con los actos a el medio ambiente por parte de los pequeños.
Este lugar tiene presencia de GN, policía turística, y por supuesto se siente seguro, al menos en el horario asistido fue de día y todo tranquilo.