Fui a esta tienda para comprar unos retales de piel para una libreta tipo Louise Carmen y la experiencia fue realmente desagradable. Desde el minuto uno, la dependienta fue borde y maleducada. En lugar de saludar o atender con normalidad, me soltó un “¿qué quieres?” con un tono seco y desagradable. A lo largo de toda la conversación siguió igual, con contestaciones groseras y mirándome con desprecio, como si le molestara que estuviera allí.
No solo eso, sino que también vi cómo trataba mal a otra pareja que estaba en la tienda al mismo tiempo. Les respondía de muy mala manera y, por lo bajín, se la oía decir que a esa hora solo entraba gente por “la tontería de los cuadernos estos”, refiriéndose a los de tipo Louise Carmen, y que “vaya mierda de moda”. Una actitud completamente fuera de lugar para alguien que trabaja de cara al público.
Además, intentó cobrarme más de lo que costaban realmente los retales. Las piezas no tenían precio marcado y, aun sabiendo que los pequeños rondan los 2,50 € y los grandes los 5 €, me quiso cobrar bastante más. Por cómo me estaba hablando, ni me atreví a decirle nada.
Sinceramente, es una pena. Por culpa de una persona así, los negocios se van a pique. Un poco de educación y amabilidad marcan la diferencia, pero en este sitio brillan por su ausencia. No pienso volver, y no lo recomendaría a nadie.