La calidad de los televisores actuales ha disminuido con el tiempo, lo que hace que se estropeen con más facilidad. Ante esta situación, es conveniente optar por la reparación en lugar de la sustitución, ya que así se ahorra dinero y se evita generar más residuos electrónicos. Un televisor reparado puede funcionar correctamente durante muchos años si se le da un buen mantenimiento.