Antes, era una de las mejores comidas peruanas de San Felipe.
Bajaron mucho su calidad y la presentación de los platos, quizás fue un mal momento, pero se cayeron en cosas básicas como en lavar bien la lechuga del ceviche. Si bien, el servicio fue bueno y el encargado muy amable y dispuesto a cambiar el plato, ya quedó marcado ese trago amargo de ver la lechuga sucia.
Las opciones vegetarianas son buenas, el quinotto, recomendado.
También disminuyeron las porciones de yuca y papas fritas.
El precio de los sour catedral, mango y maracuyá vale más de 11.000, y además hay que sumar la propina.
Si decides ir, recomiendo que pruebes el atún fusión peruana, la mezcla de sabores es destacable.