Increíble experiencia de naturaleza, conservación y hábitat de selva en una isla formada tras un desbordamiento a la que se llega tras 20 minutos en lancha. Los gestores son encantadores, atentos y comparten contigo experiencia, expectativas, proyectos de naturaleza y te hacen sentir muy dentro de su proyecto de recuperación de la selva original. Tienen actividades de senderismo y kayak. Hay un observatorio de aves en el que los atardeceres y los amaneceres son mágicos y llenos de cantos de pájaros, vuelos de garzas, aullidos de monos. La comida es limitada pero preparada con enorme dedicación al huésped. Habitaciones con un gran ventanal abierto a la selva en la que uno duerme mirando y oyendo la selva. No hay internet con lo que todo el foco se vierte en la belleza de la jungla. Se toman el tiempo de educarte en su proyecto y todo el conjunto se transforma en una experiencia única. Muy recomendable peto hay que ir sabiendo las limitaciones de comunicación (teléfono, internet y conexión terrestre - es una isla de jungla)